Fiesta: 11 de octubre
Ángelo Roncalli nació el día 25 de noviembre de 1881 en Sotto il Monte, Italia. Su familia vivía del trabajo del campo, y profesaba una gran devoción religiosa.
Ingresó en el seminario de Bérgamo, y estudió para ser sacerdote. Fue ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1904, en Roma.
En 1905 fue nombrado secretario del obispo de Bérgamo. A la vez era profesor del seminario y colaboraba en otras actividades pastorales.
En 1921 empezó la segunda parte de la vida de don Ángelo Roncalli, dedicada al servicio del Vaticano. Fue llamado a Roma por el papa Benedicto XV para ser presidente, en Italia, del Consejo Central de las Obras Pontificias para la Propagación de la Fe, recorrió muchas diócesis de Italia organizando círculos de misiones. En 1925 el papa Pío XI lo nombró visitador apostólico para Bulgaria y lo elevó al episcopado asignándole la sede titular de Areópoli. En 1935 fue nombrado delegado apostólico en Turquía y Grecia. En diciembre de 1944, en plena Segunda Guerra Mundial, el papa Pío XII lo nombró nuncio apostólico en París. En 1953 fue creado cardenal y enviado a Venecia como patriarca.
Tras la muerte del papa Pío XII, fue elegido Papa el 28 de octubre de 1958, y tomó el nombre de Juan XXIII. Su pontificado duró menos de cinco años. Convocó el Sínodo Romano, instituyó una Comisión para la revisión del Código de Derecho Canónico y convocó el Concilio Ecuménico Vaticano II, que fue el evento más grande e importante que vivió la Iglesia en los últimos tiempos. Falleció la tarde del 3 de junio de 1963.
El 27 de abril de 2014 el papa Francisco lo proclamó santo y su fiesta se celebra el 11 de octubre, porque esa es la fecha de apertura del Concilio Vaticano II en 1962.
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domingo, 27 de abril de 2014
miércoles, 23 de abril de 2014
SAN JOSÉ OBRERO
Fiesta: 1 de mayo
El día 1 de mayo del año 1955, el papa Pío XII, instituyó la fiesta de san José Obrero. Fue para hacer del día del trabajador una fiesta que tuviera como punto de partida el amor a Dios.
Es lo más natural que sea el titular de esta fiesta cristiana José, el esposo de María y padre de Jesús en el mundo, ya que él fue un trabajador como todos, al que nada le fue fácil, porque a pesar de la noble misión recibida de Dios, siempre fue uno más del pueblo, un trabajador que entendió de carencias, que supo de estrecheces en su familia y que las llevó con dignidad. Sufrió la emigración forzada cuando tuvo que huir a Egipto, conoció el cansancio del cuerpo por su esfuerzo, sacó adelante su responsabilidad familiar; es decir, vivió como vive cualquier trabajador con todas las dificultades laborales que ello conlleva. A José se lo conocía en su tiempo como «el artesano o carpintero» y a Jesús se le daba el nombre descriptivo de «el hijo del artesano o carpintero».
Teniendo a san José como patrono, la fiesta del día del trabajador sugiere honra a Dios, agradecimiento, descanso y regocijo. Hay que honrar a Dios santificando el trabajo diario con el que nos ganamos el pan.
El día 1 de mayo del año 1955, el papa Pío XII, instituyó la fiesta de san José Obrero. Fue para hacer del día del trabajador una fiesta que tuviera como punto de partida el amor a Dios.
Es lo más natural que sea el titular de esta fiesta cristiana José, el esposo de María y padre de Jesús en el mundo, ya que él fue un trabajador como todos, al que nada le fue fácil, porque a pesar de la noble misión recibida de Dios, siempre fue uno más del pueblo, un trabajador que entendió de carencias, que supo de estrecheces en su familia y que las llevó con dignidad. Sufrió la emigración forzada cuando tuvo que huir a Egipto, conoció el cansancio del cuerpo por su esfuerzo, sacó adelante su responsabilidad familiar; es decir, vivió como vive cualquier trabajador con todas las dificultades laborales que ello conlleva. A José se lo conocía en su tiempo como «el artesano o carpintero» y a Jesús se le daba el nombre descriptivo de «el hijo del artesano o carpintero».
Teniendo a san José como patrono, la fiesta del día del trabajador sugiere honra a Dios, agradecimiento, descanso y regocijo. Hay que honrar a Dios santificando el trabajo diario con el que nos ganamos el pan.
domingo, 13 de abril de 2014
LA SEMANA SANTA
La Semana Santa
-DOMINGO DE RAMOS: "Entonces le llevaron el asno, pusieron sus mantos sobre él y Jesús se montó. Muchos extendían sus mantos sobre el camino; otros, lo cubrían con ramas que cortaban en el campo. Los que iban delante y los que seguían a Jesús, gritaban:
«¡Hosana! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Reino que ya viene, el Reino de nuestro
padre David! ¡Hosana en las alturas!». (Mc 11, 7-10)
-JUEVES SANTO:
La Última Cena: "Mientras comían, Jesús tomó en sus manos el pan y, habiendo
dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio a los discípulos diciendo: -Tomen y
coman, esto es mi cuerpo.
Luego tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, se la pasó a
ellos, diciendo: -Beban todos ustedes de esta copa, porque esto es mi
sangre, con la que se confirma la alianza, sangre que es derramada en favor de
muchos para perdón de sus pecados. Pero les digo que no volveré a beber de este
producto de la vid, hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el
reino de mi Padre." (Mt 26, 25-29)
Oración en el Huerto: "Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado
Getsemaní, y les dijo: -Siéntense aquí, mientras yo voy allí a orar.
Y se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a sentirse muy
triste y angustiado. Les dijo: -Siento en mi alma una tristeza de muerte.
Quédense ustedes aquí, y permanezcan despiertos conmigo.
Enseguida Jesús se fue un poco más adelante, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y oró diciendo: «Padre mío, si es posible, líbrame de este trago amargo; pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»
Luego volvió a donde estaban los discípulos, y los encontró dormidos. Le dijo a Pedro: -¿Ni siquiera una hora pudieron ustedes mantenerse despiertos conmigo? Manténganse despiertos y oren, para que no caigan en tentación. Ustedes tienen buena voluntad, pero son débiles." (Mt 26, 36-41)
Enseguida Jesús se fue un poco más adelante, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y oró diciendo: «Padre mío, si es posible, líbrame de este trago amargo; pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»
Luego volvió a donde estaban los discípulos, y los encontró dormidos. Le dijo a Pedro: -¿Ni siquiera una hora pudieron ustedes mantenerse despiertos conmigo? Manténganse despiertos y oren, para que no caigan en tentación. Ustedes tienen buena voluntad, pero son débiles." (Mt 26, 36-41)
-VIERNES SANTO:
Pasión de Jesús: "Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al palacio y
reunieron toda la tropa alrededor de él. Le quitaron su ropa, lo vistieron con
una capa roja y le pusieron en la cabeza una corona tejida de espinas y una
vara en la mano derecha. Luego se arrodillaron delante de él, y burlándose le
decían: -¡Viva el Rey de los judíos!
También lo escupían, y con la misma vara le golpeaban la cabeza. Después de
burlarse así de él, le quitaron la capa roja, le pusieron su propia ropa y se
lo llevaron para crucificarlo." (Mt 27, 27-31)
Muerte de Jesús en la cruz: "Jesús dio otra vez un fuerte grito, y murió. En aquel
momento el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló,
las rocas se partieron y los sepulcros se abrieron; y hasta muchas personas
santas, que habían muerto, volvieron a la vida." (Mt 27, 50-52)
-SÁBADO SANTO: "Fueron, pues, y aseguraron el sepulcro poniendo un sello sobre la piedra que lo
tapaba; y dejaron allí los soldados de guardia." (Mt 27, 66)
-DOMINGO DE PASCUA: "El primer día de la semana, María Magdalena fue al
sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro; y vio quitada la piedra
que tapaba la entrada. Entonces se fue corriendo a donde estaba Simón Pedro y
el otro discípulo a quien Jesús quería mucho, y les dijo: -¡Se han
llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto!
Pedro y el otro discípulo salieron corriendo y fueron al sepulcro. Los dos iban
corriendo juntos; pero el otro corrió más que Pedro y llegó primero al
sepulcro. Se agachó a mirar, y vio allí las vendas, pero no entró. Detrás de él
llegó Pedro, entró en el sepulcro. Él también vio allí las vendas; y
además vio que la tela que había servido para envolver la cabeza de Jesús no
estaba junto a las vendas, sino enrollada y puesta aparte. Entonces entró
también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio lo
que había pasado, y creyó. Pues todavía no habían entendido lo que dice la
Escritura, que él tenía que resucitar." (Jn 20, 1-9)
domingo, 6 de abril de 2014
SAN JUAN BAUTISTA
Nacimiento: 24 de junio
Martirio: 29 de agosto
El nacimiento de san Juan Bautista está narrado en la
Biblia, en el Evangelio de Lucas, capítulo 1, porque Juan el Bautista vivió en
la misma época de Jesús, es más, nació pocos meses antes que él y era su
pariente, ya que su mamá, Isabel, era la prima de la que fue la mamá de Jesús:
María.
El padre de Juan se llamaba Zacarías, era sacerdote del
templo, y un día se le apareció un ángel del Señor para anunciarle que a pesar
de su vejez y de la de su mujer, iban a tener un hijo al
que llamarían Juan y que sería muy especial, porque sería el “Precursor”, es
decir, el que anunciaría la conversión y prepararía el camino para la llegada
del Salvador.
Juan fue santificado en el vientre de
su madre cuando la Virgen María, embarazada de Jesús, visitó a su prima Isabel,
según el Evangelio de Lucas.
El hijo de Isabel y Zacarías nació y
creció junto a sus padres. Luego vivió en los desiertos hasta el día que se dio
a conocer a los Israelitas. El Evangelio de Marcos y el de Mateo dicen que la
ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello, que se la sujetaba al cuerpo con
un cinturón de cuero, y que comía langostas y miel del monte.
Recibió el nombre de “Bautista” porque
su misión, según lo narran los cuatro evangelios, consistía en proclamar la
venida del Salvador mediante la conversión de los pecados y el bautismo de
conversión en las aguas del río Jordán. Mucha gente se acercaba para
escucharlo, para confesar sus pecados y ser bautizados.
Juan reconoció a Jesús cuando éste fue
a pedirle que lo bautizara en el Jordán. Lo bautizó y reconoció su grandeza,
reconoció que entonces su misión había llegado a su fin, que él debía disminuir
para que Jesús creciera (Jn 3, 30).
Efectivamente así sucedió, Jesús
comenzó su misión pública y al poco tiempo metieron a Juan en la cárcel porque
se había animado a decirle al gobernador Herodes que no estaba bien que se
casara con la mujer de su hermano. Esa
mujer se llamaba Herodías, y fue ella quien pidió y logró que a Juan lo mataran
cortándole la cabeza cuando estaba encarcelado. Sucedió así: la hija de
Herodías, en el día de cumpleaños de Herodes, bailó y agradó tanto a Herodes
que éste juró darle lo que pidiese. Ella, aconsejada por su madre, le pidió la
cabeza de Juan el Bautista. Herodes se entristeció, pero, por el juramento
hecho, mandó que le cortaran la cabeza a Juan el Bautista. Los seguidores de
Juan buscaron su cuerpo y lo enterraron (Mt 14, 1-12 / Mc 6, 14-29 / Lc 9,
7-9).
Jesús dijo de Juan el Bautista: «¿A
qué salieron? ¿A ver un profeta? Sí, de veras, y a uno que es mucho más que un
profeta. Juan es aquel de quien dice la Escritura: “Yo envío mi mensajero
delante de ti, para que te prepare el camino.” Les aseguro que, entre todos los
hombres, ninguno ha sido más grande que Juan el Bautista» (Mt 11, 9-11).
Juan
Bautista es uno de los únicos santos al que se le celebra en el calendario
litúrgico el día de su nacimiento (la otra es la Virgen María).