Clementina
Anuarite nació en 1939 en África, en Zaire. Fue bautizada de pequeña, junto con
su mamá. Siendo muy joven ingresó como religiosa en la congregación de la
Sagrada Familia, que se dedica especialmente a tareas de educación. Se destacó
por su fe, por su amabilidad, por su alegría, por su dedicación al apostolado y
por su amor a María.
En la época
en que el Congo se independizaba de Europa se vivían tiempos muy violentos en
aquel país. En noviembre de 1964 ingresaron en la misión y se llevaron secuestradas
a las religiosas. En el secuestro las maltrataron a todas, ante esto Clementina
ofreció su vida para salvar a sus hermanas, un coronel intentó abusar de ella,
y al no lograrlo la asesinó. En su agonía Clementina perdonó a su agresor, y se
encontró en la mano de ella una pequeña imagen de la Virgen María. Las
demás religiosas fueron maltratadas y luego liberadas.
Clementina
Anuarite fue beatificada el 15 de agosto de 1985, en Zaire, por el papa san
Juan Pablo II durante su viaje apostólico a África.