Después que los ángeles volvieron al
cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos a Belén, y veamos lo que
ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado». Fueron
rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el
pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre
este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados
de lo que decían los pastores.
Mientras tanto, María conservaba estas
cosas y las meditaba en su corazón. Y
los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían
visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.
Lc 2, 15-20
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