Fiesta: Primer domingo de septiembre.
La Virgen de Tíscar es una imagen de la Santísima Virgen María con el Niño Jesús que se venera en Quesada, provincia de Jaén, España.
El origen de esta imagen tiene muchas historias. La leyenda más antigua dice que la antigua imagen fue traída por los mismos discípulos de Santiago Apóstol, especialmente el obispo san Hesiquio, quien construyó para venerar la imagen un santuario en aquel lugar, sobre los restos de las ruinas romanas.
Con la invasión de los moros a España se perdió rastro de la imagen. Es recién en el año 1319 que se sitúa la leyenda del primer milagro de la Virgen de Tíscar. Se cuenta que la imagen se le apareció al jefe moro Mohammed Andón en la Cueva del Agua, también conocida como Cueva de la Virgen. Llevó la imagen al castillo de Tíscar, donde vivían los moros, éstos tomaron la decisión de arrojar la imagen desde las almenas. Tantas veces como lo hicieron, volvía la Virgen al lugar. Eso, a pesar de que en algunas ocasiones la despeñaron por pozos y simas, llegando incluso a golpearla hasta deshacerla en pedazos.
Conocido el suceso los cristianos fueron a buscar la imagen, que milagrosamente nuevamente apareció intacta, así que construyeron un lugar para la devoción a la milagrosa imagen.
La primera imagen de la Virgen de Tíscar, según refieren los relatos legendarios, era de madera, y tenía al Niño sentado sobre la rodilla izquierda. Cuando se tomó la costumbre de vestir las imágenes, hicieron un cambio en la imagen. La imagen actual fue realizada en 1939, en madera, el niño está tallado de cuerpo entero, mientras que la Virgen es una imagen de vestir.
La coronación canónica de la Virgen fue en 1954.
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