Fiesta: 4 de mayo.
San Florián nació cerca del año 250 en la ciudad de Aelium
Cetiumin, hoy conocida como Saint Pölten - Austria. Según la tradición era
comandante del ejército romano en Baviera, siendo responsable de la brigada de
bomberos.
Durante la persecución de Diocleciano, se presentó en la
ciudad de Lorch el cónsul Aquilino para hacer valer el edicto de persecución
contra los cristianos. Allí cumplió Florián su deber de militar perfectamente,
hasta que se dio cuenta de que cuarenta de sus compañeros fueron encarcelados a
causa de ser seguidores de Cristo. Entonces, se sintió impulsado a compartir la
suerte de sus hermanos de fe y también se negó a perseguir a sus
correligionarios.
Por ello fue conducido ante Aquilino quien le exigió que
adorara a los dioses romanos a lo cual se opuso tajantemente. Fue desnudado,
azotado cruelmente con garfios y, posteriormente, se le arrojó al río Enns
atado por el cuello a una pesada roca; su cuerpo fue arrastrado por la
corriente y fue a parar a una orilla. Entonces, sigue diciéndonos la tradición,
descendió un águila para proteger sus restos, hasta que fue sepultado por una
mujer llamada Valeria.
San Florián tiene el patronazgo sobre el cuerpo de bomberos,
los deshollinadores de chimeneas, también se invoca su protección sobre los que
están en peligro de ahogarse.
Se lo representa con una cubeta de agua debido a que, además
de las funciones militares, se le asignó el mando de una unidad de lucha contra
incendios. Según la leyenda, salvó una aldea en llamas arrojando sobre el fuego
un simple balde de agua.
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