Nació en Woldymyr, Ucrania, en el siglo XVI. Su nombre de
bautismo era Juan Kunsevich. En 1601 ingresó en el monasterio de la Santísima
Trinidad de Vilna. Allí, junto a un compañero empezó a trazar planes para
promover la unión de la Iglesia en su país y reformar la observancia en los
monasterios rutenos. Desde entonces se llamó Josafat, recibió el diaconado,
después el sacerdocio y pronto adquirió fama por sus sermones sobre la unión
con Roma.
En 1617, el Josafat fue consagrado obispo de Vitebsk y luego
de Polotsk. En aquel entonces la situación de la Iglesia en aquel lugar era de
decadencia. Josafat pidió ayuda a algunos de sus hermanos de Vilna y emprendió
su tarea: reunió sínodos en las ciudades principales, publicó e impuso un texto
de catecismo, redactó una serie de normas sobre la conducta del clero y
combatió la interferencia de ciertas personas en los asuntos de las iglesias
locales. A todo ello añadió el ejemplo de su vida, su celo en la instrucción,
la predicación, la administración de sacramentos y la visita a los pobres, a
los enfermos, a los prisioneros y a las aldeas más remotas.
Sus reformas generaron grandes revueltas, por lo que se ganó
también muchos enemigos que buscaban su muerte. Así fue que planearon una
conspiración contra él que hizo que muriera mártir el 12 de noviembre de 1623.
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