martes, 6 de agosto de 2024

SAN ESTANISLAO DE KOSTKA

Fiesta: 15 de agosto.





Estanislao de Kostka nació en Polonia en 1550, en una familia adinerada y poderosa. Desde pequeño siempre mostró mucha afinidad hacia lo religioso y la vida de piedad.

En 1564 Estanislao y su hermano Pablo se trasladaron al Colegio Imperial en Viena para estudiar. No le fue muy bien, su propio hermano y sus amigos lo trataba mal por ser Estanislao tan piadoso y recogido, y también el dueño del lugar donde se hospedaban, que era protestante, lo trataba muy mal.

Finalmente cayó enfermo. En ese tiempo de enfermedad en que estaba allí encerrado y en cama, tuvo visiones. En una oportunidad rezó a santa Bárbara para poder recibir la Eucaristía y la misma santa lo visitó en compañía de dos ángeles, dándole a comulgar el Viático. Luego, una noche en que se encontraba algo mejor vio entrar a la Virgen María con el niño Jesús, al que deposita amorosamente en los brazos de Estanislao. La Virgen le dice “Ya estas completamente sano… nuestra voluntad es que entres cuanto antes en la Compañía de mi hijo Jesús”. Al otro día todos comprobaron que el peligro de muerte había desaparecido. La convicción de que la Virgen María le había pedido que ingresara en la Compañía de Jesús marcaba su futuro.

Su padre se opuso contundentemente a que Estanislao fuera religioso, así que se dispuso huir de su casa. Emprendió un viaje a pie de 500 kilómetros. Primero a Alemania, donde fue recibido amablemente por el superior regional de los Jesuitas. San Pedro Canisio, y luego hasta Roma, donde el superior general San Francisco de Borja lo recibió con especial cariño. Fue admitido en el noviciado situado cerca de la iglesia de San Andrés del Quirinal (Roma) el 28 de octubre.

Al principio los religiosos lo emplearon en oficios humildes y domésticos, como limpiar el internado, lavar loza, servir en el comedor, etc., y lo hizo con muy buena voluntad y verdadera alegría. Hay una gran cantidad de testimonios sobre la bondad, atractivo y “encendido amor” de Estanislao hacia Dios, la Eucaristía y la Virgen. También se le adjudican una serie de visiones.

Solamente alcanzó a durar nueve meses en aquella vida religiosa, pero fueron suficientes para dejar gran fama de piadoso, amable, servicial, buen trabajador, y excelente estudiante. El 15 de agosto de 1568, cuando sólo tenía 18 años, voló a la eternidad. Fue a presenciar la fiesta de la Asunción de la Virgen, en el cielo, como era su deseo.

Por su intercesión se obtuvieron numerosos milagros, y papa Pablo V lo canonizó el 31 de diciembre de 1726 declarándolo patrono de los novicios y de los que se preparan al sacerdocio.



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