miércoles, 27 de noviembre de 2013

SAN ANDRÉS, APÓSTOL

Fiesta: 30 de noviembre



















Andrés era hermano de Simón Pedro y como él, pescador en Cafarnaúm, a donde ambos habían llegado desde su natal Betsaida. Llamado por Jesús para ser uno de sus doce apóstoles, Andrés fue el primero en ser sacado de las tareas de la pesca en el lago de Tiberíades, para ser honrado con el título de “pescador de hombres”, junto con Juan.

Andrés y Juan ya eran discípulos de Juan el bautista, y cuando éste les señaló a Jesús inmediatamente fueron a su encuentro para preguntarle dónde vivía, demostrando así su deseo de seguirle.
Además, según el Evangelio, Andrés fue también el primero que reclutó nuevos discípulos para el Maestro, ya que al encontrar a su hermano Simón le dijo que había encontrado al Mesías y lo llevó hasta él.
El Evangelio habla del apóstol Andrés otras tres veces: en la multiplicación de los panes, cuando presenta al muchacho con unos panes y unos peces; cuando se hace intermediario de los forasteros que han ido a Jerusalén y desean ser presentados a Jesús; y cuando con su pregunta hace que Jesús profetice la destrucción de Jerusalén.
Según Orígenes, después de Pentecostés Andrés habría predicado el Evangelio en Rusia meridional, en el Ponto Eusino, en Capadocia, en Galizia y en Bitinia. Luego, según san Jerónimo, habría pasado a evangelizar Acaya, deteniéndose en Patrasso, donde habría sufrido el martirio, alrededor del 60, clavado con los brazos diagonalmente sobre una cruz, que desde entonces se llamó “cruz de san Andrés”.

domingo, 17 de noviembre de 2013

ADVIENTO - CICLO A

Cuatro domingos de Adviento - CICLO A




El tiempo de Adviento prepara a la Iglesia para conmemorar la venida histórica de Jesús, el Redentor en Navidad. Todos los años el Adviento comienza el domingo más próximo al 30 de noviembre y se extiende durante cuatro semanas; la última semana se interrumpe ante la celebración de la Navidad el 25 de diciembre. Es un tiempo de conversión y preparación, pero también de alegría y esperanza. En los primeros días se nos invita a vivir vigilantes y preparados, y luego se nos invita a adentrarnos en los acontecimientos históricos que rodearon el nacimiento de Jesús, como la visita de María a Isabel, o el nacimiento de Juan Bautista.

Lecturas para los cuatro domingos de Adviento del CICLO A:

1º Domingo de adviento: Mt 24, 37-44
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como sucedió en tiempos de Noé, así sucederá también cuando regrese el Hijo del hombre. En aquellos tiempos antes del diluvio, y  hasta el día en que Noé entró en la barca, la gente comía y bebía y se casaba. Pero cuando menos lo esperaban, vino el diluvio y se los llevó a todos. Así sucederá también cuando regrese el Hijo del hombre. En aquel momento, de dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y otro será dejado. De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y otra será dejada.
Manténganse ustedes despiertos, porque no saben qué día va a venir su Señor. Pero sepan esto, que si el dueño de una casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, se mantendría despierto y no dejaría que nadie se metiera en su casa a robar. Por eso, ustedes también estén preparados; porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen.»

2º Domingo de adviento: Mt 3, 1-12
Por aquel tiempo se presentó Juan el Bautista en el desierto de Judea. En su proclamación decía: «Vuélvanse a Dios, porque el reino de los cielos está cerca!»
Juan era aquel de quien Dios había dicho por medio del profeta Isaías: «Una voz grita en el desierto: “Preparen el camino del Señor; ábranle un camino recto.”» La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello, y se la sujetaba al cuerpo con un cinturón de cuero; su comida eran langostas y miel del monte. La gente de Jerusalén y todos los de la región de Judea y de la región cercana al Jordán salían a oírle. Confesaban sus pecados y Juan los bautizaba en el río Jordán. Pero cuando Juan vio que muchos fariseos y saduceos iban a que los bautizara, les dijo: «¡Raza de víboras! ¿Quién les ha dicho a ustedes que van a librarse del terrible castigo que se acerca? Pórtense de tal modo que se vea claramente que se han vuelto al Señor, y no presuman diciéndose a sí mismos: “Nosotros somos descendientes de Abraham”; porque les aseguro que incluso a estas piedras Dios puede convertirlas en descendientes de Abraham El hacha ya está lista para cortar los árboles de raíz. Todo árbol que no da buen fruto, se corta y se hecha al fuego. Yo, en verdad, los bautizo con agua para invitarlos a que se vuelvan a Dios; pero el que viene después de mí los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él es más poderoso que yo, y que ni siquiera merezco llevarle sus sandalias. Trae su pala en la mano y limpiará el trigo en el granero, pero quemará la paja en un fuego que nunca se apagará.»

3º Domingo de adviento: Mt 11, 2-11
En aquel tiempo,  Juan, que estaba en la cárcel, tuvo noticias de lo que Cristo estaba haciendo. Entonces envió algunos de sus seguidores a que le preguntaran si él era de veras el que había de venir, o si debían esperar a otro. Jesús les contestó «Vayan y díganle a Juan lo que están viendo y oyendo. Cuéntenle que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de su enfermedad, los sordos oyen, los muertos vuelven a la vida y a los pobres se les anuncia la buena noticia. ¡Y dichoso aquel que no encuentre en mí motivo de tropiezo!»
Cuando ellos se fueron, Jesús comenzó a hablar a la gente acerca de Juan, diciendo: «¿Qué salieron ustedes a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? Y si no, ¿qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido lujosamente? Ustedes saben que los que visten lujosamente están en las casas de los reyes. En fin, ¿a qué salieron? ¿A ver a un profeta? Sí, de veras, y a uno que es mucho  más que profeta. Juan es aquel de quien dice la Escritura: “Yo envío mi mensajero delante de ti, para que te prepare el camino.” Les aseguro que, entre todos los hombres, ninguno ha sido más grande que Juan el Bautista; y, sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.»

4º Domingo de adviento: Mt 1, 18-24
El nacimiento de Jesús fue de esta manera: María, su madre, estaba comprometida para casarse con José; pero antes que vivieran juntos, se encontró encinta por el poder del Espíritu Santo. José su marido, que era un hombre justo y no quería denunciar públicamente a María, decidió separarse de ella en secreto. Ya había pensado hacerlo así, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de tomar a María por esposa, porque su hijo lo ha concebido por el poder del Espíritu Santo. María tendrá un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Se llamará  así porque salvará a su pueblo de sus pecados.» Todo sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: “La virgen quedará encinta y tendrá un hijo, al que pondrán por nombre Emanuel” (que significa: “Dios con nosotros”). Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado, y tomó a María por esposa.

domingo, 10 de noviembre de 2013

CRISTO REY
























La solemnidad de NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO, es una fiesta que siempre cierra el Año Litúrgico en el que se fue meditando sobre todo el misterio de su vida, su predicación y el anuncio del Reino de Dios. Siempre se celebra el quinto domingo antes de la fiesta de navidad del 25 de diciembre.
Fue el papa Pío XI quien, el 11 de diciembre de 1925, instituyó esta solemnidad para cerrar el tiempo ordinario del calendario litúrgico. El objetivo de esta fiesta es recordar la soberanía universal de Jesucristo. Lo confesamos supremo Señor del cielo y de la tierra, de la Iglesia y de nuestras almas.
Del Evangelio según san Juan:
“Jesús le contesto [a Pilato]: –Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, tendría gente a mi servicio que pelearía para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
Le preguntó entonces Pilato: –¿Así que tú eres rey?
Jesús le contestó: –Tú lo has dicho: soy rey. Yo nací y vine al mundo para decir lo que es la verdad. Y todos los que pertenecen a la verdad, me escuchan.”
Jn 18, 36-37

domingo, 3 de noviembre de 2013

SAN MARTÍN DE TOURS

Fiesta: 11 de noviembre



San Martín de Tours
Martín, hijo de un tribuno romano, nació en Europa central alrededor del año 315. A los quince años ya vestía el uniforme militar. Es frecuente la narración popular del episodio de san Martín que, cabalgando envuelto en su amplio manto de guardia imperial, encontró a un pobre que tiritaba de frío, con gesto generoso cortó su manto y le dio la mitad al pobre. Por la noche, en sueños, vio a Jesús envuelto en la mitad de su manto, sonriéndole agradecido.
Después de recibir el bautismo abandonó su cargo militar para seguir a san Hilario de Poitiers, su maestro. Después de un breve noviciado de vida eremítica fundó dos monasterios: Ligugé, el más antiguo de Europa, y Marmoutier, que se convirtió en un gran centro de vida religiosa.
Fue elegido obispo de Tours, y así se convirtió en el gran evangelizador de Francia. En los 27 años de vida episcopal se ganó el amor entusiasta de los pobres, de los necesitados y de cuantos sufrían injusticias.
Murió el 8 de noviembre del 397 en Candes, durante una visita pastoral. Se lo puede considerar como el primer santo no mártir con fiesta litúrgica.