miércoles, 23 de junio de 2021

SANTA CIRIACA O DIMINICA

Fiesta: 6 de julio.




Santa Ciriaca, también llamada Dominica, es una virgen y mártir de los primeros tiempos del cristianismo venerada especialmente en la ciudad de Tropea, Calabria, Italia.

Se dice que vivió a finales del siglo III. Nació y fue criada en una familia cristiana de buena posición económica. En el tiempo del emperador Diocleciano fue delatada como cristiana, junto a sus padres. Los padres se salvaron, pero Ciriaca tuvo que soportar numerosas torturas con el fin de inducirla a renegar de su fe cristiana. Las tentativas no solamente resultaron vanas, sino que los prodigios operados por la santa indujeron a la conversión a muchos de los presentes. Conducida a Campania, fue procesada y condenada a ser arrojada a los leones, pero las bestias permanecieron impasibles y dóciles ante la santa, la pena fue entonces cambiada a ser decapitada, la que, según la tradición, tuvo lugar el 6 de julio de 303 en Nicomedia (actual Turkía).

miércoles, 16 de junio de 2021

SAN CIRILO DE ALEJANDRÍA

Fiesta: 27 de junio.





Cirilo nació en Theodosiou, Egipto, alrededor del 370, en el seno de una familia prestigiosa de la comunidad cristiana local.
En el año 412, por poseer grandes cualidades, sucedió a su tío Teófilo como patriarca de Alejandría, ya que era inteligente, culto, y de gran fidelidad a la ascesis.
Con la astucia de un estratega, controló todo el comercio de la ciudad a través de los monasterios.
La controversia más famosa que Cirilo tuvo que sostener fue contra Nestorio: éste ponía el acento mayor en la humanidad de Cristo, en consecuencia, la Virgen era considerada madre únicamente de la humanidad de Cristo y no Madre de Dios.
Cirilo, en cambio, remitiéndose al Concilio de Nicea (325), sostenía que en Cristo, la integridad de las dos naturalezas –humana y divina- se daban en una única persona, la del Verbo, y por tanto debía retenerse como legítimo, el título de Madre de Dios.
Más tarde el Concilio de Éfeso del 431 le dio la razón.
Cirilo murió el 27 de junio del 444, dejando a la Iglesia una rica producción teológica sobre los más variados argumentos.


miércoles, 9 de junio de 2021

SANTOS JULITA Y QUIRCE

Fiesta: 16 junio.





Quirce (o Quirico), un niño de tres años, y Julita (o Julieta), su madre, sufrieron el martirio en Antioquía en los primeros siglos del cristianismo.

Lamentablemente, las verdaderas actas de su martirio desaparecieron en el siglo IV, y fueron reemplazadas más adelante por otras que narran una leyenda con muy poco valor histórico.

La leyenda cuenta que Julita, de familia noble, y cristiana, enviudó siendo muy joven y con un niño pequeño de tres años, Quirce. Al estallar la persecución de Dioclesiano, Julita decidió huir y esconderse. Fue delatada, capturada y llevada al tribunal.

Fue brutalmente torturada, mientras su hijo de tres años veía todo. El niño llorando pidió estar junto a su madre. No lo dejaban. Lo sostenían con fuerza, sin embargo, él seguía gritando, llorando y retorciéndose. Finalmente, Quirce cae al suelo violentamente, se abre la cabeza y muere, se dice que fue el mismo prefecto el que lo arrojó al suelo.

Julita siguió sufriendo torturas, hasta que decidieron darle muerte decapitándola.

Los cadáveres fueron arrojados a una fosa común, pero los cristianos los recuperaron y les dieron mejor sepultura.



jueves, 3 de junio de 2021

SAN ONOFRE DE EGIPTO

Fiesta: 12 de junio, y en algunos lugares el 25 de junio.





Se cree que san Onofre vivió como ermitaño en el desierto del Alto Egipto, en la Tebaida, entre los siglos IV y V.

El monje que escribió la vida de san Onofre, cuenta su encuentro personal con el santo en el desierto, lo describe a Onofre como una "figura salvaje", cubierta de pelo y vestida con un taparrabos hecho de hojas.

Tras ese encuentro, el viajero se interesó en Onofre, y éste le contó su historia; había sido monje en un gran monasterio existente en la Tebaida, llamado "Erete", monasterio que luego abandonó para vivir como ermitaño en el desierto.

La narración dice que Onofre también contó que milagrosamente había crecido una palmera cerca del lugar rocoso donde él habitaba, y que esa misma palmera le daba frutos doce veces al año. Así mismo contó que todos los domingos se le aparecía un ángel que le traía la Eucaristía.

El monje, fascinado por la figura de Onofre, y con intención de quedarse para ser su discípulo, lo acompañó hasta el lugar donde vivía. Fue providencial el encuentro entre estas dos personas, ya que luego de conversar por largas horas y pasar la noche en oración, a Onofre le entró una enorme fiebre. El ermitaño Onofre falleció en ese momento. Después que murió, la cueva rocosa donde vivía se derrumbó sepultando su cuerpo y también se cayó la palmera.