miércoles, 26 de septiembre de 2018

SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS

Fiesta: 2 de octubre






Ángel de la Guarda o Ángel Custodio. El culto a los ángeles de la guarda es muy antiguo, comenzó en la península Ibérica y después se propagó a otros países.
Dios ha asignado a cada persona un ángel para protegerle y facilitarle el camino de la salvación mientras está en este mundo. Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento se puede observar cómo Dios se sirve de sus ángeles para proteger a las personas y ayudarlas. La misión de los ángeles custodios es acompañar a cada persona en el camino por la vida, cuidarla en la tierra de los peligros de alma y cuerpo, protegerla del mal y guiarla en el camino para llegar al Cielo. Se puede decir que es un compañero de viaje que siempre está al lado de cada persona, en las buenas y en las malas. No se separa ni un solo momento, ni siquiera cuando pierde la gracia de Dios por el pecado.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

SAN ANDRÉS KIM TAE-GON

Fiesta: 20 de septiembre




Andrés Kim Tae-Gon, nació el 21 de agosto de 1821 en Solmoe (Corea). Tenía quince años de edad cuando lo invitaron a ingresar al seminario. Fue enviado al seminario de Macao. Hacia el año 1843 intentó regresar a Corea con el obispo Ferréol, pero en la frontera fueron rechazados, ya que la iglesia católica era perseguida en ese país.
Se ordenó diácono en China en el año 1844. En Shangai recibió la ordenación sacerdotal de manos de monseñor Ferréol el 17 de agosto de 1845, convirtiéndose en el primer sacerdote coreano. Hacia fines del mismo mes emprendió el regreso a Corea con el obispo y el padre Daveluy. Llegaron a la Isla Cheju y, en octubre del mismo año, arribaron a Kanggyong donde pudo ver a su madre. El 5 de junio de 1846 fue arrestado en la isla Yonpyong mientras trataba con los pescadores la forma de llevar a Corea a los misioneros franceses que estaban en China. Inmediatamente fue enviado a la prisión central de Seúl. Después de tres meses de cárcel fue decapitado en Saenamt´õ el 16 de septiembre de 1846, a la edad de veintiséis años.
Forma parte de 103 mártires canonizados por San Juan Pablo II el 6 de mayo de 1984, en Seúl, Corea.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

EL SEÑOR DE LOS MILAGROS DE BUGA

Fiesta: 14 de septiembre





La tradición cuenta que hacia 1550 - 1560, una mujer nativa de la zona cercana al río Guadalajara (Buga - Colombia) deseaba conseguir un crucifijo para su humilde choza. Logró ahorrar un dinero para poder encargarlo a Quito, pero cuando al fin estaba por comprarlo, se enteró que a un vecino lo llevaban a la cárcel por deudas. Aquella buena mujer no dudó, le cedió todos sus ahorros a aquel hombre, para que pudiera pagar sus deudas y así librarse de la prisión.
Luego de esto, en un día que se encontraba haciendo labores cerca de la orilla del río Guadalajara, observó que la corriente arrastraba un objeto brillante. Al ver que era un pequeño crucifijo con un Cristo; lo tomó entre sus manos y feliz lo llevó a su choza, donde le improvisó un altar en una caja de madera. Por la noche oyó ruidos extraños; la caja crujía y se rompía. Al despertar se encontró con que el crucifijo y el Cristo habían aumentado notablemente su tamaño.
A partir del milagro la gente empezó a venerar la imagen, y la choza de la indígena se volvió un santuario. En 1605 un visitador eclesiástico mandó quemar la imagen, pero entre medio del fuego la imagen se preservó milagrosamente; y en vez de quemarse, sudaba y se renovaba. La gente comenzó a empapar algodones en el sudor. Ese día hubo muchos prodigios y se oficializó el culto a la imagen del Señor de los Milagros, que se trasladó a Buga, donde continuó realizando milagros. La Basílica actual es de 1907.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

SAN NICOLÁS DE TOLENTINO

Fiesta: 10 de septiembre





Nació en el actual Sant´ Angelo in Pontano (Italia), en 1245. En 1256 ingresó en la Orden de los Ermitaños de San Agustín y se ordenó sacerdote en 1269 en Cingoli. Durante seis años peregrinó por varias ciudades y después fijó su residencia en Tolentino en donde ejerció su apostolado sobre todo en el confesionario. Su santificación personal maduró en la sombra, haciendo fructificar los recursos espirituales que le brindaba la vida religiosa: la obediencia incondicional, el absoluto desapego de los bienes terrenales y la profunda modestia.
Fue asceta, austero, hacía rigurosas penitencias y pasaba mucho tiempo en oración.
Después de largas horas que pasaba en el confesionario, se dedicaba a visitar a los pobres, a los que les llevaba, con el permiso de sus superiores, ayudas materiales en los casos más urgentes. Los prodigios que hizo en vida y sobre todo después de la muerte tenían la finalidad de aliviar las miserias humanas.
Cuarenta años después de su muerte, fue encontrado su cuerpo incorrupto.