miércoles, 9 de septiembre de 2020

NUESTRA SEÑORA DE LA SALETTE

Fiesta: 19 de septiembre.

 


El 19 de septiembre de 1846, dos jovencitos, Un niño llamado Maximino Giraud, de once años y Melanie Mathieu de quince años, vieron aparecerse a la Virgen María en una meseta montañosa al sudeste de Francia, cerca del poblado de La Salette, mientras cuidaban su ganado.

Vieron a una Señora que estaba sentada en una enorme piedra. Tenía el rostro entre sus manos y lloraba amargamente. Luego, se puso de pie y conversando con ellos les dio unos mensajes. La Señora era alta y de apariencia majestuosa. Tenía un vestido blanco con un delantal ceñido a la cintura, no se podría decir que era de color dorado pues estaba hecho de una tela no material, más brillante que muchos soles. Sobre sus hombros lucía un precioso chal blanco con rosas de diferentes colores en los bordes. Sus zapatos blancos tenían el mismo tipo de rosas. De su cuello colgaba una cadena con un crucifijo. Sobre la barra del crucifijo colgaban de un lado el martillo y del otro las tenazas. De su cabeza una corona de rosas irradiaba rayos luminosos, como una diadema. En sus preciosos ojos había lágrimas que rodaban sobre sus mejillas. Una luz más brillante que el sol, pero distinta a éste le rodeaba.

La Virgen les dejó a los dos jovencitos mensajes sobre la oración y la conversión.

Surgió una fuente cerca del lugar donde la Señora se había aparecido y el agua corría colina abajo. Muchos milagros empezaron a ocurrir.

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