Fiesta: 12 de junio, y en algunos lugares el 25 de junio.
Se cree que san
Onofre vivió como ermitaño en el desierto del Alto Egipto, en la Tebaida, entre
los siglos IV y V.
El monje que
escribió la vida de san Onofre, cuenta su encuentro personal con el santo en el
desierto, lo describe a Onofre como una "figura salvaje", cubierta de
pelo y vestida con un taparrabos hecho de hojas.
Tras ese
encuentro, el viajero se interesó en Onofre, y éste le contó su historia; había
sido monje en un gran monasterio existente en la Tebaida, llamado
"Erete", monasterio que luego abandonó para vivir como ermitaño en el
desierto.
La narración dice
que Onofre también contó que milagrosamente había crecido una palmera cerca del
lugar rocoso donde él habitaba, y que esa misma palmera le daba frutos doce
veces al año. Así mismo contó que todos los domingos se le aparecía un ángel
que le traía la Eucaristía.
El monje,
fascinado por la figura de Onofre, y con intención de quedarse para ser su
discípulo, lo acompañó hasta el lugar donde vivía. Fue providencial el
encuentro entre estas dos personas, ya que luego de conversar por largas horas
y pasar la noche en oración, a Onofre le entró una enorme fiebre. El ermitaño
Onofre falleció en ese momento. Después que murió, la cueva rocosa donde vivía
se derrumbó sepultando su cuerpo y también se cayó la palmera.
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