miércoles, 19 de octubre de 2022

SAN ALONSO RODRÍGUEZ

Fiesta: 31 de octubre.





Alonso Rodríguez nació en Segovia, España en 1533. Un día, cuando él era pequeño, su padre alojó en su casa a san Pedro Fabro, el compañero de san Ignacio de Loyola, y fue por eso que Alonso (y toda la familia) desde chico quedó marcado por la Compañía de Jesús (Jesuitas). Comenzó a estudiar en el colegio jesuita y también recibió los primeros sacramentos en su formación.

La vida de Alonso está marcada por las pruebas, el sufrimiento y el dolor. Pronto tuvo que dejar de estudiar, ya que su padre falleció cuando él aún era chico, y tuvo que hacerse cargo del negocio familiar. Se unió en matrimonio y formó una familia con tres hijos, sin embargo, su mujer y sus hijos fallecieron al poco tiempo. Para colmo de males, también se fundió su negocio familiar.

En su angustia se dirigió a los jesuitas, quienes supieron muy bien dirigirlo espiritualmente. Allí fue donde creció enormemente la relación personal, íntima y profunda de Alonso con Dios. Fueron días de triste oración en soledad, buscando la voluntad de Dios. Finalmente descubrió su vocación y se ofreció para ingresar a la Compañía de Jesús y ser sacerdote jesuita. Fue rechazado varias veces por lo avanzado de su edad, su escasa formación y su débil salud.

Finalmente, en Valencia, el provincial detectó su santidad y le dio el permiso para entrar en la Compañía.  El 31 de enero de 1571, a la edad de 37 años, entró Rodríguez en el noviciado, pero sólo seis meses después lo enviaron al colegio de Montesión en la isla de Mallorca. Allí acabaría su noviciado y se haría famoso por su humilde trabajo de portero. Como portero del colegio estaba encargado de recibir a las visitas, localizar a los jesuitas o estudiantes que recibían alguna llamada, dar mensajes, hacer mandados, distribuir limosnas y - lo más importante – consolar a los atribulados que no tenían a nadie a quien dirigirse. Alonso saludaba a todos con la misma sonrisa que habría reservado a Dios. Los estudiantes sentían la presencia y la influencia de Alonso y se le acercaban en busca de consejo, ánimos o de una oración.

Tenía ya 72 años cuando llegó san Pedro Claver al colegio, ardiendo en deseos de hacer algo por Dios, pero no sabiendo cómo hacerlo. Se hicieron amigos y hablaban a menudo sobre la oración y la santidad mientras paseaban por el colegio. El anciano consejero animó al estudiante a irse a las misiones de América del Sur.

Al portero jesuita lo apreciaban por su amabilidad y su santidad, pero fueron sus apuntes espirituales y sus memorias, las que revelaron, después de su muerte, la cualidad y profundidad de su vida de oración. El humilde hermano había sido favorecido por Dios con notables favores místicos, con éxtasis y visiones del Señor, Nuestra Señora y los santos.

Falleció el 31 de octubre de 1617.



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