Teresa Merlo nació el 20 de febrero de 1894 en Castagnito, Alba, Italia. Aprendió el arte de la costura y además daba catequesis a los niños en su parroquia. A sus 20 años (año 1915) se encontró con el padre Santiago Alberione (hoy beato), quien le propuso unirse a un pequeño grupo de jóvenes que él estaba reuniendo para comenzar una nueva obra de Dios: un taller de “Buena Prensa” con el fin de evangelizar con los medios de comunicación. Alberione ya había comenzado su obra, inaugurando, con un grupo de jóvenes varones, una nueva escuela tipográfica. Había nacido la Sociedad de San Pablo. Ahora quería dar inicio a la rama femenina que, con el tiempo, llegaría a ser la Congregación de las Hijas de San Pablo.
Como primera misión, en 1918, Teresa viajó a Susa (Italia) junto a otras compañeras para llevar adelante el diario diocesano La Valsusa. En 1922 emitió sus primeros votos religiosos y, por sugerencia de Alberione, tomó el nombre de Tecla, en homenaje a aquella mujer, que según cuanta la tradición, fue una de las discípulas de san Pablo. Así Tecla llegó a ser, no solo la madre espiritual, sino también la co-fundadora de las Hijas de San Pablo, a quienes generalmente se las conoce como "Hermanas Paulinas".
Tecla Merlo dedicó su vida al apostolado de los medios de comunicación, y fiel al padre Alberione dio forma a esta nueva Congregación que se extendió por todo el mundo, y ayudó también en la fundación de todas las demás congregaciones femeninas de la Familia Paulina.
El 5 de febrero de 1964 la hermana Tecla Merlo cerró sus grandes y bondadosos ojos a este mundo, para abrirlos junto a Dios que la esperaba. En marzo de 1972 fue proclamada "sierva de Dios" y el 22 de enero de 1991 el papa Juan Pablo II, firmó el decreto en el que reconoce la heroicidad de las virtudes de la hermana Tecla Merlo y la proclamó Venerable.
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