domingo, 30 de junio de 2013

SANTO TOMÁS APÓSTOL

Fiesta: 3 de julio



Santo Tomás pertenece al grupo de los doce apóstoles de Jesús.
Los evangelios nos narran que Tomás, después de haber afirmado valientemente “vayamos también nosotros y muramos con Él", no fue capaz de creer en la resurrección de Jesús sin verlo y tocarlo.
Se le conoce a santo Tomás por su dureza para creer después de la muerte del Señor. Jesús se apareció a los discípulos el día de la resurrección para convencerlos de que había resucitado realmente. Tomás, que estaba ausente, se negó a creer en la resurrección de Jesús: "Si no veo en sus manos la huella de los clavos y pongo el dedo en los agujeros de los clavos y si no meto la mano en su costado, no creeré". Ocho días más tarde, cuando Jesús se encontraba con los discípulos, se dirigió a Tomás y le dijo: "Pon aquí tu dedo y mira mis manos: dame tu mano y ponla en mi costado. Y no seas incrédulo, sino creyente." Tomás cayó de rodillas y exclamó: "¡Señor mío y Dios mío!" Jesús replicó: "Has creído, Tomás, porque me has visto. Bienaventurados quienes han creído sin haber visto."
Se afirma que Santo Tomás predicó el Evangelio a los partos, medos, persas e hircanios, y que después pasó a la India y fue martirizado en Calamina. Se lo representa con una regla porque la tradición dice que poseía conocimientos de construcción, además, con una lanza, elemento de su martirio. Se conmemora el 3 de julio la traslación de las reliquias de Santo Tomás a Edesa, además se cree que el martirio tuvo lugar el 3 de julio del año 72.

martes, 25 de junio de 2013

VIRGEN DE BONARIA - NUESTRA SEÑORA DEL BUEN AIRE

Fiesta: 25 de marzo

 


 



















En la primera fundación de Buenos Aires, Pedro de Mendoza llamó al sitio “Real de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre” para cumplir la promesa que había hecho a la Patrona de los Navegantes que se hallaba en la Cofradía de los Mareantes de Triana y de la que él era miembro. En efecto, “Buen Ayre” era la castellanización del nombre de la Virgen de Bonaria, es decir, de la imagen de la Virgen de la Candelaria a quien los padres mercedarios habían levantado un santuario para los navegantes en Cagliari, Cerdeña (Italia), y que era venerada también por los navegantes de Cádiz, España.
Cuenta la historia que en 1370 arribó a las playas de la ciudad de Cerdeña, una caja que contenía la imagen de una virgen que llevaba al niño Jesús en un brazo, y en el otro, un cirio. Desde entonces fue venerada como la virgen de los navegantes y se la llamó Bonaria, o del Buen Aire.
Llegó a España de la mano de los marineros y fue allí donde se popularizó su culto, especialmente en el puerto de Sevilla, desde donde partían las expediciones hacia las nuevas conquistas.
Así llegó al Río de la Plata traída por dos sacerdotes que formaron parte del grupo comandado por don Pedro de Mendoza quien llevado por su devoción a la virgen, decidió honrarla otorgándole su nombre a la ciudad fundada. Por eso Buenos Aires fue llamada “Puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Aire”.

martes, 18 de junio de 2013

SAN LUIS GONZAGA

Fiesta: 21 de junio


 Nació el 9 de marzo de 1568 en Italia. Era hijo del marqués de Castiglione delle Stiviere y hermano del duque de Mantua.
Un viaje a España le sirvió para dedicarse al estudio de la filosofía en la universidad de Alcalá de Henares y a la lectura de libros devotos, como el Compendio de la doctrina espiritual de Fray Luis de Granada. A los doce años, después de haber recibido la primera Comunión de manos de San Carlos Borromeo, resolvió entrar en la Compañía de Jesús. Pero necesitó otros dos años para vencer la oposición del padre que deseaba que fuera jefe militar.
Renunció al título y a la herencia paterna, y a los catorce años entró al noviciado romano de la Compañía de Jesús, bajo la dirección de San Roberto Belarmino. Olvidó totalmente su origen noble y escogió para si los encargos más humildes, dedicándose al servicio de los enfermos, sobre todo durante la epidemia de peste que afligió a Roma en 1590. Quedó contagiado probablemente por un acto de piedad: había encontrado en la calle a un enfermo y, sin pensarlo dos veces, se lo echó a la espalda y lo llevó al hospital en donde prestaba sus servicios.
Murió a los 23 años en Roma, en el día que él había anunciado: el 21 de junio de 1591.

lunes, 10 de junio de 2013

CREDO DE NICEA-CONSTANTINOPLA / PARTE III



El credo resume los principios básicos de la fe de la Iglesia de una manera relativamente sencilla, con la intención de dar a los fieles un recurso para memorizarlos y proclamarlos sin errores.
En el Concilio de Nicea del año 325 la Iglesia sintió la necesidad de establecer claramente todo aquello en lo que debe creer cualquier bautizado, y de poner un freno a todos los errores que se divulgaban sobre la fe, por eso surgió el credo.  Luego, en el Concilio de Constantinopla, en el año 381 se hicieron ligeras modificaciones a ese credo y surgió el CREDO de NICEA-CONSTANTINOPLA.
 

CREDO DE NICEA-CONSTANTINOPLA
 

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz.
Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre.
Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las escrituras,
Y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

CREDO DE NICEA-CONSTANTINOPLA / PARTE II



El credo resume los principios básicos de la fe de la Iglesia de una manera relativamente sencilla, con la intención de dar a los fieles un recurso para memorizarlos y proclamarlos sin errores.
En el Concilio de Nicea del año 325 la Iglesia sintió la necesidad de establecer claramente todo aquello en lo que debe creer cualquier bautizado, y de poner un freno a todos los errores que se divulgaban sobre la fe, por eso surgió el credo.  Luego, en el Concilio de Constantinopla, en el año 381 se hicieron ligeras modificaciones a ese credo y surgió el CREDO de NICEA-CONSTANTINOPLA.
 

CREDO DE NICEA-CONSTANTINOPLA
 

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz.
Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre.
Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las escrituras,
Y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

CREDO DE NICEA-CONSTANTINOPLA / PARTE I



El credo resume los principios básicos de la fe de la Iglesia de una manera relativamente sencilla, con la intención de dar a los fieles un recurso para memorizarlos y proclamarlos sin errores.
En el Concilio de Nicea del año 325 la Iglesia sintió la necesidad de establecer claramente todo aquello en lo que debe creer cualquier bautizado, y de poner un freno a todos los errores que se divulgaban sobre la fe, por eso surgió el credo.  Luego, en el Concilio de Constantinopla, en el año 381 se hicieron ligeras modificaciones a ese credo y surgió el CREDO de NICEA-CONSTANTINOPLA.
 
CREDO DE NICEA-CONSTANTINOPLA
 
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz.
Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre.
Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las escrituras,
Y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.