sábado, 19 de marzo de 2016

SAN PEDRO ARMENGOL

Fiesta: 27 de abril




Pedro Armengol nació en España en el siglo XIII. Tenía una personalidad rebelde, que lo llevó a convertirse en un bandolero en su juventud. En una oportunidad, su padre que trabajaba como personal de armas para el rey, lo encontró en una de sus fechorías y se enfrentaron. Sin embargo Pedro no resistió el enfrentarse a su padre y se entregó. El padre logró que lo liberaran y que no le impusieran el castigo y todo aquello produjo en Pedro una gran conversión.
Al poco tiempo Pedro fue a golpear la puerta de la Orden de los Mercedarios (fundada por san Pedro Nolasco en aquellos años) para unirse a la obra de la "Redención de los cautivos", quería dedicar su vida a aquella gran obra de misericordia.
Llegó a ser religioso en la Orden y pudo ir dos veces a tierra de moros a desempeñar el ministerio de la redención. En el segundo viaje, en Bugía, se quedó de rehén por algunos cautivos. Mas no llegando a tiempo el dinero del rescate por el que se había quedado en prenda, fue colgado de una horca, pero sobrevivió y tal circunstancia se considera un milagro de María. Al día siguiente Fray Guillermo de Firenze llegó con el dinero para pagar su liberación y lo encontró en la horca pero con vida. Como secuela de su martirio Pedro Armengol quedó con el cuello torcido por el resto de su vida. Regresó a España vivió durante casi cuarenta años retirado en el convento de Santa María del Prats, donde murió el año 1304.

miércoles, 9 de marzo de 2016

BEATO ARTÉMIDES ZATTI

Fiesta: 15 de marzo



Zatti nació en Boretto (Reggio Emilia, Italia), el 12 de Octubre de 1880. Junto a toda su familia emigró a la Argentina, en busca de mejores horizontes y se estableció en Bahía Blanca.Deseando ser sacerdote, fue aspirante salesiano en Bernal (Buenos Aires), pero al contraer la enfermedad – entonces incurable – de la tuberculosis, fue derivado hacia Viedma (Río Negro). Allí pidió a la Virgen la curación prometiéndole que, si se curaba, dedicaría su vida al cuidado de los enfermos. Recuperada su salud, se hizo coadjutor salesiano, es decir, Hermano Laico Consagrado y, fiel a la promesa, permaneció más de cuarenta años en Viedma en el Hospital San José, como responsable y administrador. Estudió y la Secretaría de Salud Pública de la Nación le extendió la matrícula profesional de Enfermero Nº 07253 y la Universidad de la Plata le otorgó el título de Idóneo en Farmacia. El hospital fue su permanente domicilio. Allí practicó las virtudes cristianas, sobre todo, una confianza ilimitada en la divina Providencia y un inmenso amor a Dios y al prójimo más humilde y necesitado.
En el año 1913, se colocó la piedra fundamental para la construcción de un nuevo y verdadero hospital. Entre tanto, Artémides había aprendido a multiplicarse por cuatro, es decir, atendía todo tipo de actividades, no sólo las de enfermería, sino también las de limpieza, las de la cocina o las de administración. Su servicio no se limitaba al hospital sino que se extendía a toda la ciudad, y hasta a las dos localidades situadas en las orillas del río Negro: Viedma y Patagones. En caso de necesidad se movía a cualquier hora del día y de la noche, sin preocuparse del tiempo, llegando a los tugurios de la periferia y haciéndolo todo gratuitamente. Su fama de enfermero santo se propagó por todo el Sur y de toda la Patagonia le llegaban enfermos. Siempre en bicicleta, religioso responsable y jovial, todos los días, de día y de noche, recorría las calles para asistir a los enfermos más pobres en sus casas.
A los setenta años enfermó de cáncer de páncreas, y el 15 de marzo de 1951 falleció.
En el año 2002 Juan Pablo II lo proclamó beato.

jueves, 3 de marzo de 2016

SANTA MATILDE

Fiesta: 14 de marzo



Matilde nació en el año 895, y era de la familia real de Dinamarca. Se casó con el conde de Alemania, y al poco tiempo fue reina de aquel país. Desde pequeña siempre fue una mujer muy humilde y caritativa, y así lo fue también en su función como reina, especialmente con los más pobres y desfavorecidos. Tan grande era su piedad que tanto el rey como sus súbditos atribuían sus éxitos a las oraciones de la reina.
A pesar de que tuvo un matrimonio feliz, y cinco hijos, su vida en la realeza fue llena de sacrificios. Al morir su esposo, se quitó todas sus joyas, las llevó a la Iglesia, y las dejó sobre el altar como prenda de que renunciaba, desde ese momento, a las pompas del mundo.
Comenzó a vivir para la caridad, para la Iglesia, fundó monasterios, pero alternaba su vida de donación con sus deberes como reina acompañando a sus hijos en el gobierno.
A pesar de su bondad, dos de sus hijos, que se peleaban por el trono la acusaban de ladrona y de malgastar los bienes del reino. Al final, Matilde renunció a su herencia en favor de sus hijos y se retiró a la residencia campestre donde había nacido. Pero poco tiempo después de su partida, su hijo cayó enfermo y comenzaron a llover los desastres sobre el Estado. El sentimiento general era que tales desgracias se debían al trato que los príncipes habían dado a su madre. Sin que se lo pidieran, Matilde los perdonó y volvió a la corte, donde reanudó sus obras de misericordia.
La última vez que Matilde tomó parte en una reunión familiar fue en Colonia, en la Pascua de 965, después de eso, prácticamente se retiró del mundo, pasando su tiempo en una y otra de sus fundaciones, especialmente en Nodhausen. Falleció 14 de marzo de 968, totalmente pobre, sin ninguna pertenencia.