SANTO DOMINGO DE NINH

Fiesta: 2 de junio.

Domingo Ninh nació en Trung-Linh (VIETNAM) en el año 1842. Se dedicaba a la agricultura, y siendo un adolescente fue arrastrado por su padre a contraer matrimonio con una joven a la que él no amaba. Domingo reaccionó negándose a consumar el matrimonio y a tener por válida aquella unión. Aficionado a la lectura, procuraba su propia formación humana y religiosa. Domingo era un cristiano fervoroso, y por eso mismo fue acusado ante las autoridades, fue arrestado y conducido delante del tribunal. El joven confesó su fe sin miedo y no sirvieron amenazas ni promesas para llevarlo a pisotear la cruz y renegar de Cristo. Fue torturado, maltratado y metido en una dura prisión donde hubo de padecer muchísimo, sin que las miserias de su detención debilitasen su fuerte ánimo. Por fin fue condenado a muerte y decapitado en An-Triem (VIETNAM) el 2 de junio de 1862, con tan solo 20 años de edad. Fue canonizado el 19 de junio de 1988.

La historia religiosa de la Iglesia de Vietnam señala que han existido un total de 53 Edictos, firmados por los Señores TRINH y NGUYEN o por los Reyes que, durante más de dos siglos, en total 261 años (1625-1886), han decretado contra los cristianos persecuciones una más cruel que la otra. Son alrededor de unas 130.000 las víctimas caídas por todo el territorio nacional. A lo largo de los siglos, estos mártires de la Fe han sido enterrados en forma anónima, pero su recuerdo permanece vivo en el espíritu de la comunidad católica. Desde el inicio del siglo XX, 117 cristianos de este gran grupo de héroes, martirizados cruelmente, han sido elegidos y elevados al honor de los altares por la Santa Sede, entre ellos santo Domingo de Ninh.

SANTA MARÍA MAGDALENA DE PAZZI

Fiesta: 25 de mayo.

Catalina de Pazzi nació en Florencia, Italia, en el año 1566. A los 18 años ingresó al convento de las carmelitas en Florencia y tomó el nombre de María Magdalena el día de su profesión religiosa.

Después de darle el adiós al mundo y de haber cambiado nombre, Sor María Magdalena fue dócil instrumento de la gracia divina, atravesando todos los estadios de la experiencia mística, desde las audacias de la contemplación hasta las pruebas de la noche de la aridez espiritual, que le duró cinco años. Finalmente, en Pentecostés de 1590, su espíritu quedó nuevamente sumergido por la brillante luz del éxtasis, para ser probada en el dolor físico. Fue martirizada en el cuerpo por llagas dolorosísimas. A pesar del dolor continuó pacientemente su labor como maestra de novicias.

También participó en la situación histórica y social de su tiempo escribiendo cartas muy valientes al Papa, a los cardenales, a los obispos y a los príncipes, señalando las causas de los males que afligían a la Iglesia, que ella atribuía a las deficiencias espirituales de los cristianos y de sus pastores.

Tres hermanas, encargadas por el director espiritual, transcribían las revelaciones de Sor María Magdalena, estos escritos son considerados como un importante tratado de teología mística.

Murió el 25 de mayo de 1607, en el convento de Santa María de los Ángeles, en Florencia.

SAN JUAN NEPOMUCENO

Fiesta: 16 de mayo.

Juan nació en Bohemia (Checoslovaquia) entre los años 1340 - 1350, en un pueblo llamado Nopomuc, de ahí el sobrenombre Nepomuceno.

Realizó sus estudios y fue ordenado sacerdote. Fue párroco de Praga y después ocupó el alto puesto de Vicario General del Arzobispado.

Era el confesor de la reina. En una oportunidad el rey le exigió que le revelara lo que la reina le decía en confesión. El santo se negó rotundamente, y por ello el rey quería eliminarlo. Además, el monarca se proponía apoderarse de un convento para regalar las riquezas que allí había a un familiar. Juan se opuso a esto rotundamente, ya que evidentemente esos bienes pertenecían a la Iglesia. Este hecho aumentó más el odio que el rey le tenía a Juan.

Finalmente, el rey logró lo que buscaba. El santo fue torturado y su cuerpo arrojado al río Mondalva. Esto ocurrió en el año 1393. Los vecinos recogieron el cadáver para darle santa sepultura. Juan Nepomuceno se convirtió en el primer santo en recibir martirio por guardar el secreto de confesión.

En 1725, más de 300 años después del suceso, una comisión de sacerdotes, médicos y especialistas encontraron que la lengua del mártir se encontraba incorrupta, aparentemente seca y gris. De repente, en presencia de todos empezó a tomar apariencia de ser la de una persona viva. Todos se pusieron de rodillas ante este milagro.