La Imagen de Nuestra Señora del Refugio, tal como la conocemos y veneramos, fue una copia especial que el Beato Antonio Baldinucci, apostólico misionero jesuita, mandó hacer tomada del original de la también célebre imagen, de Nuestra Señora de la Encina, la cual se venera en Poggio Prato, Italia. El Beato Antonio Baldinucci, en su celo por la conversión de los pecadores, quiso llevar consigo a Nuestra Señora del Refugio a sus misiones, así la imagen fue ganando popularidad y devoción.
En ese mismo siglo XVIII, allá por el año 1750, los misioneros jesuitas de la Compañía de Jesús que iban a América, a ejemplo del Beato Antonio Baldinucci, llevaron varias copias de esa imagen y la dieron a conocer en las misiones que predicaban y en los propios templos a su cuidado, así fue como creció su devoción en América, especialmente en México.
En la imagen, la Virgen se representa sentada y con el Niño de pie sobre su regazo, es una Virgen llena de ternura que inclina su rostro hacia su hijo. María sostiene al Niño Jesús, que posa sus pies sobre ella o encima de un banco de nubes.
La imagen fue coronada por manos del Cardenal Albani, merced a una concesión del Papa Clemente XI, el 4 de julio de 1717 y se conserva actualmente en Frascati, Italia.