miércoles, 26 de agosto de 2020

NUESTRA SEÑORA DE ARANZAZU

 Fiesta: 8 de septiembre.

 



 

Nuestra Señora de Aranzazu o Arántzazu es la advocación de la Santísima Virgen María en una talla en piedra encontrada en España.

El origen de la advocación y la devoción se liga a la mariología española del siglo XIII, reinado de Enrique IV, en el país vasco en Guipúzcua. Un pastor, llamado Rodrigo, escuchó el sonido de un cencerro, y al buscar de dónde venía el sonido, encontró sobre un árbol de espino una imagen de la Virgen María con el niño Jesús en los brazos.

Sin dar crédito a lo que veía y sin poder contener su entusiasmo, Rodrigo exclamó ante la imagen que tenía frente a sus ojos: “¡Arantza Zu!, ¡Arantza Zu!”, expresión que en lengua vasca significa: “Tú entre los espinos!”.

Mirando la imagen le pide a la Virgen María la unión del pueblo, mucha lluvia y que ese lugar sea de oración. Luego se dirige con entusiasmo al pueblo y comunica que en la cima de las montañas estaba la Virgen María, pidiéndoles a todos que le rezaran, así lo hizo el pueblo, que se dirigió allí en peregrinación, con esto se dio el milagro de la unión entre hermanos y la lluvia que tanto anhelaban.

A escasos diez kilómetros de la Villa de Oñate, España, en medio de una sucesión de montañas rocosas y al borde de profundas cimas, se yergue el santuario de nuestra Señora de Arántzazu.

La imagen de Nuestra Señora de Arántzazu es sumamente diminuta, pues sólo mide 36 centímetros de largo. Otro detalle digno de mención es la materia de que está hecha, ya que la Virgen de Aránzazu es de piedra, cuando todas las otras tallas de alguna antigüedad en la región son de madera. Complemento esencial de la imagen de la Virgen de Aránzazu es la campana, a manera de grande cencerro, con que la halló el pastor. Ambas piezas, la imagen y la campana, se han conservado hasta el presente.

 

miércoles, 19 de agosto de 2020

SANTO DOMINGUITO DE VAL

Fiesta: 31 de agosto.

 

 

Dominguito nació en la ciudad de Zaragoza (España) en el año 1243. Desde pequeño, Dominguito fue infante del coro y monaguillo de la Seo de Zaragoza, a donde iba cada día a ayudar en la liturgia, aprender cantos y rezar. Tenía fama de gran devoción y piedad personal. Vivió en una época donde convivían diferentes culturas y había grandes supersticiones y diversas creencias. Una de ellas era acerca de la necesidad del derramamiento de sangre de cristianos para acabar con la “opresión” a la que se sentían sujetos.

El 31 de agosto de 1250, Dominguito, que tenía solo siete años de edad, desapareció causando un gran revuelo en su familia y en toda la ciudad. A los siete meses de aquel hecho, unos hombres dijeron ver un "fuego fatuo" en la orilla del río Ebro, que es una lumbre que sale repentinamente debido a los gases desprendidos de materias descompuestas. Los hombres avisaron a las autoridades, quienes excavaron y encontraron el cuerpo de un niño, de la edad y complexión de Dominguito. El cuerpo se encontró con agujeros provocados por clavos en las palmas de las manos y en los pies, el costado abierto, y decapitado. Inmediatamente se relacionó este hecho a crímenes cometidos vinculados a rituales de superstición. Dominguito fue canonizado como mártir y su devoción se extendió por toda España.