Nuestra Señora de Suyapa es la patrona de Honduras,
se trata de una pequeña pero muy milagrosa imagen de madera de la Virgen María
de tan sólo 6,5 centímetros.
En el año 1747, unos jóvenes de Suyapa que habían
ido a trabajar, al atardecer regresaban a su casa y los agarró la noche a mitad
de camino, en la quebrada de Pilingüín. Allí se acomodaron para dormir. Uno de
los jóvenes labradores sintió que un pequeño objeto le molestaba el costado por
donde descansaba y, creyendo que era algún fragmento de raíz o alguna
piedrecilla, lo tiró lejos de sí. Tan pronto como intentó dormirse sintió otra
vez el mismo estorbo y, palpándolo, advirtió que era el mismo objeto que hacía
poco había repudiado, por lo que se conformó con echarlo en su mochila.
Al llegar a su casa al otro día, todos se
sorprendieron al ver que el inoportuno objeto era una pequeña escultura en
madera de la Santísima Virgen María.
Así fue como en la casa de estos jóvenes comenzó el
culto a esta imagen de la Virgen. La imagen se hizo popular y su intercesión
comenzó a obrar numerosos milagros. Se le construyó una ermita, luego una
capilla y hoy ya tiene su Basílica.
En la actualidad la imagen está cubierta por una
vestidura, y al frente de la imagen se encuentran dos aros cerrados de plata en
forma de número ocho del que salen los rayos que rodean a la Virgen.
Su
exaltación como patrona de Honduras la hizo su santidad el Papa Pío XI en 1925
siendo Arzobispo de Tegucigalpa monseñor Agustín Hombach prelado que decretó
ese año el 3 de febrero como el día de la celebración patronal.