El tiempo de Adviento prepara a la Iglesia para conmemorar
la venida histórica de Jesús, el Redentor en Navidad. Todos los años el
Adviento comienza el domingo más próximo al 30 de noviembre y se extiende
durante cuatro semanas; la última semana se interrumpe ante la celebración de
la Navidad el 25 de diciembre. Es un tiempo de conversión y preparación, pero
también de alegría y esperanza. En los primeros días se nos invita a vivir
vigilantes y preparados, y luego se nos invita a adentrarnos en los acontecimientos
históricos que rodearon el nacimiento de Jesús, como la visita de María a
Isabel, o el nacimiento de Juan Bautista.
Lecturas para los cuatro domingos de Adviento del CICLO B:
1º Domingo de adviento: Mc 13, 33-37
«Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo
llegará el momento. Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa
al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al
portero que permanezca en vela. Estén prevenidos, entonces, porque no
saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto
del gallo o por la mañana. No sea que llegue de improviso y los encuentre
dormidos. Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!».
2º Domingo de adviento: Mc 1, 1-8
Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios.
Como está escrito en el libro del profeta Isaías: Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino. Una
voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos,
así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de
conversión para el perdón de los pecados. Toda la gente de Judea y todos
los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del
Jordán, confesando sus pecados.
Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de
cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: «Detrás
de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de
ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado
a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo».
3º Domingo de adviento: Jn 1, 6-8. 19-28
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino
como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio
de él. Él no era la luz, sino el testigo de la luz.
Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos
enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: «¿Quién eres
tú?». Él confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: «Yo no soy el
Mesías». «¿Quién eres, entonces?», le preguntaron: «¿Eres Elías?». Juan
dijo: «No». «¿Eres el Profeta?». «Tampoco», respondió. Ellos insistieron:
«¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado?
¿Qué dices de ti mismo?». Y él les dijo: «Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor,
como dijo el profeta Isaías».
Algunos de los enviados eran fariseos, y volvieron a
preguntarle: «¿Por qué bautizas, entonces, si tú no eres el Mesías, ni Elías,
ni el Profeta?». Juan respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de
ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: él viene después de mí, y
yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia». Todo esto sucedió en
Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.
4º Domingo de adviento: Lc 1, 26-38En
el sexto mes, el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre
perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era
María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena
de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó
desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el
Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás
y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será
llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará
sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin». María dijo
al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». El
Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado
Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su
vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque
no hay nada imposible para Dios». María dijo entonces: «Yo soy la
servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho». Y el Ángel se
alejó.
Muchísimas gracias por tus valiosas aportaciones, que usaremos en nuestros colegios. Que Dios os bendiga!!!
ResponderEliminarQue alegría que les sirvan nuestros dibujitos. Gracias por el mensaje. Dios los bendiga.
EliminarTienen los dibujos de adviento ciclo A 2020?
ResponderEliminarClaro.
EliminarMargarita, si necesitas los dibujos de adviento ciclo A los podes encontrar en este enlace:
http://dibujosparacatequesis.blogspot.com/2013/11/adviento-ciclo-a.html?m=0
Bendiciones.
Mil gracias por publicar éste contenido, me servirá mucho para trabajar de taller en grupo juvenil católico
ResponderEliminarPodríamos vos ustedes de favor la virgen de Guadalupe de cebu
ResponderEliminarHola, los pedidos se hacen a dibujosparacatequesis@gmail.com
EliminarSaludos y bendiciones.