Nuestra Señora de la Esperanza es una
imagen de madera de la Santísima Virgen María que se encuentra en la ciudad de
Jacona (municipio del Estado de Michoacán de Ocampo, México), allí se la venera
en su santuario. Es patrona de la Diócesis de Zamora.
Según la leyenda el 14 de junio de 1680 un indio del pueblo de
Pajacuarán salió a pescar al lago de Chapala, cuando vio una gran raíz que
flotaba sobre las aguas. Sintiendo que podía ser útil esa madera, la colocó
dentro de su canoa y la llevó a su casa. Días después llegó a visitarlo un
indio de la cercana población de Jacona, quien al ver aquella gran raíz
contempló que tenía cierta figura. Se la pidió al pescador y se la compró. Ya
en Jacona, la limpió, le quitó varias raíces (la madera era de árbol de Camichín) hasta que
descubrió la figura de la Virgen María con el Niño Jesús.
Desde entonces la imagen recibió veneración
por los pobladores en la choza de este hombre, bajo el permiso de los frailes
agustinos del Convento de Jacona, titulando la imagen como Nuestra Señora de la
Raíz. Entre 1695 a 1704 un agustino que viajó a España se llevó la imagen del
Niño, donde se le perdió. La tradición cuenta que Nuestra Señora, en pena por
la separación, alzó la mirada al Cielo, y así se quedó la imagen, como se puede
ver en la actualidad.
En
1710 se le edificó una capilla de adobe junto a la choza del indio, y luego
en 1750 se construyó otra en el sitio
actual donde está el santuario. A partir del 8 de septiembre de 1877, por
mandato directo del papa Pío IX se le cambió el nombre “de la Raíz” por el
moderno “de la Esperanza”. La imagen fue coronada el 14 de febrero de 1886 por
el Arzobispo de México. El 14 de febrero de 1952 por decreto de SS. Pío XII se
le declaró Patrona de la Diócesis de Zamora.
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