Fiesta: 17 de mayo.
Pascual fue hijo de humildes campesinos, nació el 16 de mayo
de 1540 en Torrehermosa, Aragón (España). Desde los 7 hasta los 24 años trabajó
como pastor de ovejas.
A los 24 años ingresó en el convento de los frailes menores
(franciscanos) de Alvatera. Al principio no lo aceptaron por su poca
instrucción, pero luego le asignaron oficios humildes. Fue portero, cocinero,
mandadero y barrendero. Su tiempo libre lo dedicaba a la adoración Eucarística,
por las noches pasaba horas ante el Santísimo Sacramento.
Hablaba poco, pero cuando se trataba de la Sagrada
Eucaristía, lo inspiraba el Espíritu Santo. Siempre estaba alegre, pero nunca
se sentía tan contento como cuando ayudaba a Misa o cuando podía estarse un
rato orando ante el Sagrario del altar.
En una ocasión, un hermano religioso se asomó por la ventana
y vio a Pascual danzando ante una imagen de la Santísima Virgen, mientras le
decía que no podía ofrecerle grandes cualidades, porque no las tenía, pero que
le ofrecía su danza campesina en su honor. El religioso pudo ver que el santo
rebosaba de alegría.
Aunque Pascual apenas sabía leer o escribir, era capaz de
expresarse con gran elocuencia sobre la presencia de Jesús en la Eucaristía.
Tenía el don de ciencia infusa. Sus maestros se quedaban asombrados de la precisión
con que respondía a las más difíciles preguntas de teología.
Murió el 15 de mayo de 1592. Fue canonizado el 16 de octubre de 1690 por el Papa Alejandro VIII.
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