Fiesta: 23 de octubre.
San Servando y San Germán fueron dos hermanos de sangre que
vivieron en Mérida, España, en los primeros siglos del cristianismo, época de
las persecuciones.
Según algunos relatos medievales, Servando y Germán eran
legionarios de Roma, y estando en Mérida, fueron delatados por sus compañeros
de armas como cristianos y al confesar su fe en Jesucristo fueron encadenados
de pies y manos y encerrados en prisión hasta que su voluntad se rompiera. Pero
una vez terminaron las persecuciones de Adriano, y nuevamente libres,
predicaron con más ardor y valentía la fe de Jesucristo.
La persecución de Diocleciano coincidió con el gobierno en
Mérida de Viator, prefecto romano y ferviente pagano, que mandó prender
nuevamente a Servando y Germán, sometiéndolos a nuevos y crueles tormentos.
Pero nada pudo quebrantar la fe de los hermanos. Ni la escasez de comida, ni de
agua, ni la falta de luz y movilidad. Tanta fue su voluntad, que Viator, tras
recibir orden de marchar a la provincia Tingitana (hoy Marruecos), decidió
llevar consigo a los dos hermanos, que tuvieron que realizar el camino desde
Mérida hacia Traducta (Algeciras) cargados de cadenas y caminando descalzos.
Temiendo que muriesen en la travesía, y desesperado por no conseguir su
objetivo, decidió que fuesen degollados (decapitados, según otras fuentes)
antes de llegar a puerto el 23 de octubre de 290 en un collado de la finca o
cortijo llamado Ursiano, dentro del conventus Gaditanus o Diócesis de Cádiz.
Según la tradición, los cuerpos de ambos hermanos mártires
permanecieron en el cerro hasta que años después, los restos de San Germán
fueron trasladados a Mérida y los de San Servando, a Sevilla.
Son patronos de Mérida y Cádiz y Copatronos de San Fernando
(Cádiz).
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